lunes, enero 26, 2004

Bueno, aquí empieza esto. Venga lo que venga. Bienvenidos los que lo lean.
Me quedan treinta días antes de los treinta. En realidad son treinta y uno antes de los treinta. Pero no se oye tan bien.
Nací un lunes a las nueve cuarenta y cinco de la noche. Este blog (iba a decir esta madre pero no sé si deba usar este tono aquí, y tan pronto) nació por ahí de las doce y cuarto de un lunes también (el relojito que dice a qué horas coloca uno los avisos, miente). Ustedes saben (¿quiénes son "ustedes"?), esto de tener una computadora en el trabajo.
Ya van dos veces que pasa alguien y como rayo minimizo esta ventana. Nunca he usado el messenger, y hay cierto orgullo en decirlo. Pero el blog me cae bien. (Gracias a mi buen amigo, Jaime Andrade, por instarme a esto.) Chale, otra vez pasó alguien con otro alguien, y lo único que alcancé a minimizar fue mi cara de idiota. Con un gesto decidido intenté que se dijeran a sí mismos "ha de ser parte de su trabajo". Quiero pensar que al entrar me dieron estas instrucciones: "Usted está aquí para escribir anuncios de todo tipo, y para crear y ampliar un blog que trate de lo que usted quiera". Yo habré dicho "Ok, voy a intentarlo".