martes, abril 14, 2009

El mundo de ocho espacios o Alguien quiere presentar este libro por mí
(no se preocupen parece que ya me encontré)

por Edgar Rincón

Centro Cultural Paso del Norte, Cd. Juárez, 31 de marzo, 2009

Una mañana cualquiera me encuentro llenando los rectángulos blancos para acceder a mi correspondencia, siempre lo hago, en mi trabajo la comunicación es por este medio, y para mi sorpresa me encuentro con un mensaje de un tal Jaime Romero Robledo, yo conozco a alguien con ese nombre y por lo tanto lo leo, me invita a presentar su novela, acepto de inmediato, qué de malo puede haber en eso, luego vuelvo a leer el mensaje, ¿y si no es el Jaime Romero Robledo que conozco?, porque puede ser otro, lo hago sólo para confirmar que este Jaime es el que yo conozco y no el otro al que no me gustaría conocer, pero que también sé quien es.

Ya leído con atención veo que el mensaje es algo confuso, Jaime me sugiere que busque a WD, o que vaya a un sitio que frecuenta WD a recoger un ejemplar del libro, me doy cuenta que no puedo hacer eso, pero más abajo leo que tengo la opción de obtener el libro en su versión PDF, eso es lo que hago, comienzo a leerlo y comienzo a no entender nada, así que tranquilamente saco de la ventanilla de herramientas el “highligther”, error y acierto a la vez, el documento está encriptado, lo que en palabras más simples significa que no puedo alterarlo por ningún medio, ni siquiera puedo realizar el simpático copipaist que es lo que se antoja realizar en ese momento, le mando otro mensaje a Jaime, necesito la secuencia para alterar tu texto, en vez de hacerlo, Jaime decide mandarme el documento en ‘guord’, bueno al menos puedo leerlo en mi laptop y no en la pc de tamaño monumental que tengo en casa, ahora con el documento en plan más flexible, empiezo a leerlo de nuevo.

Si hasta ahora, esto les ha parecido complicado, dejen que empiece a hablar sobre la novela.

¿En verdad es una novela El mundo de Ocho Espacios? Eso parece, hay varios personajes que se relacionan entre ellos, bueno entre ellos mismos, interactúan y se transforman en otros pero siguen siendo los mismos, cambian de nombre sólo para seguir perteneciendo al mundo, o para seguir perteneciendo a ellos mismos, a veces son dos personas al mismo tiempo y a pesar de lo confuso que puede sonar todo lo anterior (me refiero a este párrafo exclusivamente) conforme el texto avanza las cosas se van aclarando.

Sí es una novela, me digo, pero algo tiene que la hace distinta, es algo difícil, para comenzar a entenderla exige que el lector olvide qué cosa es una novela, de qué trata, de lo que trata la mayoría: el ser humano y todas sus imperfecciones, lo que resalta es cómo lo trata, parte del vacío para explicarnos cómo inició eso. Sucede en un futuro peculiar, la ciudad como la conocemos ha desaparecido y nuevos aparatos han tomado las riendas de la vida cotidiana, los trabajos parecen más absurdos, la vida más aburrida e inasible. Todo sigue siendo confusión, el hombre aunque ha mejorado los espacios que habita, no se ha facilitado la vida. Al contrario la ha vuelto borrosa, extraña como un sueño, pero un sueño perpetuo.

Sin embargo en este mundo no es el ruido ni la tecnología lo que sacude la existencia del hombre, en este nuevo orden el control es tal, que el género humano se enfrenta a un mundo desconocido: el de su pensamiento, el-los personajes de Jaime Romero son cuestionados constantemente sobre su conciencia y sobre su ser:

¿Es usted Martín Ortega?
Como le digo, soy Jorge Andrés y me interesaría que también me llamaran de esa forma.
Entonces usted no es Martín Ortega.
Soy Martín Ortega porque me han dicho que diga que soy Martín Ortega, pero como le digo...
Eso es porque usted es quien habla.

Cada vez que el personaje responde a la pregunta de quién es, le responden con otra pregunta
¿el que habla?

Y entonces comienza la duda, porque tanta insistencia en saber si soy el mismo que él que está hablando, y ahí es donde comienza a fluir esta novela del pensamiento, porque después de preguntarse si en verdad se es quien habla, se sigue por averiguar quien es el que está pensando lo que se dice, al personaje le agrada practicar a solas ese auto descubrimiento: soy el que piensa, el que piensa en decir esto y lo digo.

Siguen apareciendo más personajes que realizar actos tan simples como comer un elote en vaso y otros que se dedican a buscar tomoletas en el mercado, aparece Beatriz que también es Carmen, o Carmen que es Beatriz, ambas son cuando se miran en el espejo por las mañanas, aparece al final la explicación del desastre, una gran oscuridad que cayó sobre la ciudad de Chihuahua y que fue levantada con gatos hidráulicos hasta ver de nuevo la luz del sol. Sus habitantes duermen o creen dormir y viven otra vida, o tal vez la misma pero más densa, habitan estos espacios imaginarios y reales que se confunden y se multiplican, acuden a los auditorios a ver los sueños de otros proyectados con gran detalle, acuden a sus trabajos sin sentido, siguen construyendo grandes estructuras que nadie sabe realmente para que son, tal vez su única función es mantenerlos ocupados a todos, alejarlos de sus pensamientos o provocarles el cansancio para que lleguen a sus casas y se dediquen a soñar, tal vez del sueño sea lo que mueva las ciudades, sus existencias, el sueño es no morir nunca, o nunca dejar de existir, o de pensar que se existe.

El mundo de ocho espacios es una alegoría profunda de nuestro tiempo, este siglo que pasó nos dejó muy claro en que consiste el progreso improductivo, si en ese tiempo una maquina realizó el trabajo de 100 hombres, hoy una computadora exige el alma de cada uno de nosotros, nunca hemos estado tan lejos y tan cerca el uno del otro, la vida y los sueños de otros están a la distancia de un instante, podemos asomarnos a las recamaras de todas las chicas que así lo deseen, a los diarios de quien no lo permita, podemos explorar sus ideas y sus perversiones, y aún ahí, reconocemos la soledad y la lejanía que habita en cada uno de nosotros.

Este orden que amamos tanto, es el caos por el que nadie ha luchado, nos hemos ido borrando como los personajes de esta novela extraña en el panorama nacional, más allá de explorar lo inmediato y de recrear un mundo que se ha cansado de ser habitado por nosotros, el autor ha decidido explorar ese territorio tan olvidado que es el pensamiento, ha realizado de nuevo las preguntas olvidadas: ¿cuántas personas eres? y ¿cuántas de ellas has querido realmente ser? eres quien crees que eres? y en ese creer está la certeza de lo que se pregunta, ¿estas seguro que eres el que habla?, ¿están seguros? porque casi por un siglo nosotros no hemos sido nosotros los que hablamos, hoy Jaime Romero ha comenzado a hacerlo, creo que es hora de escucharlo.